Nadie más que nadie
No pudiera sorprenderte ahorcando a las flores ya que yo ya las mate antes:
las desoje para ver si el camino de las rosas es el mismo que el de las flores;
ellas me dijeron que querían baile yo les di al dansista mas movido de la tierra,
saborearon el momento,
juntaron sus conciencias hasta la victoria,
la victoria de la especie.
No podrás nunca regalarme un sobresalto a los sustos:
ya los espante,
los expulse lejos de mi espejo observando la estela que dejaban por la calle;
él me dijo que me regalaba el grito y que se lo diera al siguiente transeúnte que tuviese el descaro de reclamar un poco de obscuridad,
por eso nunca he regalado un susto ya que nadie ha pasado por ese descaro.
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